Grupos religiosos intentan definitivamente evitar la realización del concierto, pero las víctimas de la prohibición son realmente los fans de nuestra Mother Monster, que actualmente están haciendo oír fuertemente su voz mediante diversas protestas con pancartas.
"¿De verdad crees que Lady Gaga, quien participa en campañas de prevención del sida y en contra del maltrato animal, es un demonio? No es ningún diablo y ningún satanás. Ella solo ama la música", era un mensaje escrito en uno de los carteles.
Hasta el pasado 1 de abril, sabemos que de las 44.000 entradas vendidas (estadio completo) 38.000 fueron vendidas a menores de 18 años, representando el 86% del total. De toda esta cantidad solo el 1% (440 menores) pidió el reembolso.
Si el gobierno no elimina el impedimento, el único camino por el que Lady Gaga deberá optar será el de la cancelación del show que, simultaneamente, tiene el fin de inaugurar la serie de más de 100 conciertos que se llevarán a cabo en todo el mundo.
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