TRADUCCIÓN: Artículo de Lady Gaga y Tony Bennett en 'L'Uomo Vogue'


Lady Gaga y Tony Bennett son los protagonistas de la nueva edición de L'Uomo Vogue y entre nuevas imágenes inéditas tomadas por Steven Klein, se elaboró un artículo sobre el nuevo álbum "Cheek to Cheek". A continuación puedes leerlo traducido:

LADY GAGA Y TONY BENNETT: EL ESTILO NO TIENE TIEMPO


Algunos dicen que "no hay estrellas como en el pasado", "ya no hay más géneros", y "todo ya está hecho". Pero ¿no sería más correcto considerar esta fase de renacimiento perpetuo en el que al parecer nos encontramos en un momento precioso de introspección necesaria para pasar de una época a otra? Esto, al menos, es lo que surge de la colaboración entre Lady Gaga, la primera superestrella del nuevo milenio, y Tony Bennett, el último cantante del viejo mundo, el co-autor de "Cheek To Cheek", una de las grabaciones y revelaciones del año.

Con una brecha de 60 años entre ellos –él 88 y ella 28 años– comparten orígenes italianos y una pasión por el jazz, uno de los más viejos y universales géneros musicales. 

El Jazz está lleno de sensibilidad contemporánea a pesar de que siempre se mantiene fiel a sí mismo, al igual que Bennett, después de todo, un caballero de otra época que ha realizado 70 grabaciones y es el guardián de ese estilo de canto tradicional antes de que Frank Sinatra y Bing Crosby fueran famosos. Al igual que otros grandes artistas, Bennett ya había tocado con muchos otros artistas, y muchas de estas colaboraciones se presentaron en dos álbumes de duetos. En "Playing with my friends: Bennett sings the blues" (2001), actuó junto a iconos del Jazz y del R&B como Stevie Wonder, Natalie Cole, Billy Joel, BB King y Ray Charles. En "Duets" (2011), cantó con Amy Winehouse, Michael Bublé, Aretha Franklin, Mariah Carey, Andrea Bocelli y Lady Gaga.


Durante un concierto benéfico al que ambos se presentaron, Bennett quedó deslumbrado por la voz y la personalidad de Lady Gaga, pero sobre todo por la calidez de sus fans: cuando se trata de halagos, tienes que admitir que ningún cantante puede compararse con un icono del pop. De un cóctel en el backstage pasaron a un estudio de grabación, el paso fue breve. El resultado 'The Lady Is A Tramp', una canción del año 1937 que se burlaba de la alta sociedad de "Fiorello La Guardia" de Nueva York. Entusiasmado con el dúo, Bennett tildó a Gaga como una verdadera "dama del jazz". La pieza fue elogiada por el público y la crítica, y decidieron continuar con el negocio juntos por lo que después de varios meses de trabajo, floreció a "Cheek To Cheek". El álbum cuenta con piezas clásicas de la 'Great American Songbook', una selección de las canciones más famosas realizadas en Broadway y en Hollywood entre los años veinte y cincuenta. Las canciones elegidas por Bennett y Gaga –por Cole Porter, Irving Berlin y Jerome Kern– son irónicos duetos entre un hombre y una mujer en fases alternas de coqueteo. Algunas fueron compuestas originalmente por Fred Astaire y Ginger Rogers. "Piensa en todo lo que te estás perdiendo siempre negándote a bailar conmigo", canta Gaga (Ginger Rogers) en 'I Wont Dance'. "Mi corazón no dejará que mis pies hagan lo que deben hacer ", responde Bennett (Fred Astaire).

La gira (que todavía no tiene un calendario oficial, pero ya un gran concierto anunciado en el Royal Albert Hall de Londres el 8 de Junio del 2015) fue inaugurada por un extraordinario concierto a puerta cerrada en el Lincoln Center de Nueva York el pasado mes de julio. Rodeados de un conjunto de sombras diseñado por Robert Wilson -tan minimalista como misterioso- la pareja se presentó al lado de una orquesta de 39 piezas ante una audiencia de estudiantes de arte de diferentes escuelas públicas de la ciudad. La elección de este público específico provenía de un deseo de educar a los jóvenes acerca de un género musical que era desconocido para ellos debido a la edad y la cultura. Gracias a Lady Gaga, sin embargo, el enfoque de esta forma de arte era mucho más fácil. Presentándose y grabando en vivo los clips de vídeo que acompañan al CD, la estrella pop desató sus talentos secretos transformistas y estilos mezclados con géneros del pasado como sólo ella puede hacerlo, liberando los fantasmas de las divas de antes que hicieron historia en la música.


En el escenario del Lincoln Center, vistiendo un traje de cuero rojo con el alma y el estilo de los años setenta, un vestido con el estilo "flapper" de los años veinte con un casco de filigrana de oro, y un vestido largo negro con un tocado que parecía una combinación de 'Siouxsie' y 'Cruella de Vil'. Cansada de la imagen de vida agrandada asociada con las asociaciones anteriores que -con artistas como Francesco Vezzoli y Jeff Koons, y con los diseñadores de moda como Alexander McQueen y Jeremy Scott- Lady Gaga realmente quiso hacer de esta grabación un momento esencial en su carrera cuando, después de un período difícil, sintió la necesidad de encontrar su identidad "terrenal" y esa inocencia de Stefani Joanne Angelina Germanotta que nunca conocíamos.

"Cuando canto en el estudio con Tony, destellos de mi infancia se presentan ante mis ojos", dice ella. "Veo esos momentos cuando canté las canciones de Ella Fitzgerald, mi primer amor, cuando yo era parte de la banda de jazz de la escuela secundaria". 

Colaboraciones en la música, el arte, y el mundo del teatro son un fenómeno creciente. A veces es un "paso de la batuta" o meras estrategias de mercado. En otros casos, como éste, la colaboración satisface el impulso creativo para explorar nuevos horizontes.

En esta grabación, Lady Gaga encontró una manera de librarse de una imagen con la que ya no se identifica. Para Bennett y el resto de nosotros los oyentes, "Cheek To Cheek" es una prueba de que ciertos fenómenos de la cultura popular -incluso los que se consideran poco influyentes- merecen ser recordados y que hoy en día tenemos más necesidad de cantantes melódicos que de superestrellas.

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