La autora Anne T. Donahue, mediante el sitio de la cadena de televisión MTV, publicó en las últimas horas un artículo hablando del nuevo álbum "Joanne" de Lady Gaga, donde analiza cómo podemos comprobar que es un éxito con tal sólo ver lo real que es. A continuación puedes leer la publicación traducida:
Esta semana, Lady Gaga consiguió su cuarto álbum número uno con "Joanne", convirtiéndola en la artista femenina con más álbumes #1 de esta década.
¡Es enorme! Y bien merecido. "Joanne" ha sido aclamado por los críticos y los oyentes. Una de las cosas más interesantes. tanto en el disco como en el personaje más nuevo de Gaga. es cómo este último es casi inexistente. Para la que parece ser la primera vez en casi 10 años, la música y las actuaciones de la cantante son simultáneamente despojadas, personales y enérgicas. Sus conciertos en vivo en la gira Dive Bar Tour con un compromiso limitado fueron un regreso a sus raíces, con Gaga tocando pequeños espectáculos en pequeños lugares de la misma manera que lo hizo hace años. Sólo ahora sabemos quién es y de qué es capaz, y eso hace que su última encarnación sea aún más especial.
Como la década del 2010 ha progresado, la impecabilidad que una vez exigió a nuestras estrellas del pop ha perdido su brillo. Nos hemos enterado de las realidades agotadoras del estrellato de las bandas de chicos y hemos reconsiderado nuestra inversión en la perfección radiante de las superestrellas solistas. Hoy en día celebramos la humanidad en nuestros héroes, ya sea a través de la dolorosa honestidad de "Lemonade" de Beyoncé o a través de las recientes revelaciones de Adele sobre su depresión postparto. Por lo tanto, tiene sentido ver a Lady Gaga dependiendo únicamente de su talento, lo que ha resonado de una manera tan profunda. Donde podría recorrer estadios, utilizar efectos especiales y adornarse en carne aún más, ella ha elegido no hacerlo (al menos por ahora). En cambio, ella es como nosotros: sudorosa, bailarina, vulnerable, y viva, celebrando su álbum más personal evocando emociones no forzadas y ni falsas.
Ella no es la única que va en esta dirección. Mientras que Gaga ha utilizado sus últimos programas para lanzarse al público en pantalones vaqueros, hemos comenzado a ver más y más artistas que gravitan hacia el minimalismo en el nombre de mantenerlo real. La gira Saint Pablo Tour de Kanye West lo ve elevándose sobre las multitudes en un escenario suspendido como un dios, pero en última instancia, es un hombre atado a una plataforma, solo y sin factor sorprendente para hacer el trabajo por él. En otra parte del pop, Alessia Cara se ganó el elogio por hacer algo similar, interpretando su música con ropa "regular" y confiando en sus letras y voz, al igual que Adele, cuya broma en el escenario sirve como co-estrella de su notable voz.
Eso no quiere decir que los estilos más arriesgados para las actuaciones están muertos, o que usar trajes o bailar, o disparar fuegos artificiales de su sujetador como Katy Perry es algo malo. (¡Si quieres hacer eso, te atreves a soñar!) Pero es un testamento de lo que nosotros, como oyentes, parecemos estar ansiando ahora mismo. Donde las producciones a gran escala como la gira de 1989 Tour de Taylor Swift o On the Road Again Tour de One Direction (R.I.P.) apuntaron y explotaron nuestros sentidos, parece que hemos empezado a cuestionar la magia que hizo que esos espectáculos funcionaran. Gracias a la accesibilidad de los músicos a través de las redes sociales o de las funciones de detrás de cámaras, hemos tenido la oportunidad de mirar detrás de la cortina lo suficiente para conocer los secretos del arte a escala de estadio y lo impersonal que puede ser. Ahora queremos ver las versiones reales (o "reales") de nuestros héroes. Queremos que su realidad nos haga sentir menos solos, hacer que nuestros propios sueños se sientan alcanzables. Queremos una sensación de intimidad, ya sea por saber que están en el escenario con una chaqueta de mezclilla que cualquiera de nosotros podría comprar, o verlos inmersos en las masas para que estén ahí con nosotros, o escucharlos abrirse sobre la ansiedad o luchas personales con las que nos podamos relacionar, como Zayn y Kid Cudi.
Ese tipo de honestidad puede ser mucho que pedir a los artistas, pero crea una verdadera apuesta en su trabajo. Anhelamos una conexión más profunda con los músicos, y prestamos más atención a su música cuando nos dan esa conexión. Queremos sentir que son nuestros amigos, aunque nunca sepamos si dicha realidad es parte de una personalidad más grande, menos obviamente escenográfica. Aunque, para que conste, ya sea sorpresa o completamente legítima, estoy totalmente enamorada de "Joanne".
Traducción: Lady Gaga Monster Blog
Si copias la traducción, menciona los respectivos créditos.
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