En la noche de ayer (09/08) Lady Gaga concretó su ansiada presentación en Vancouver, Columbia Británica, y esta se convirtió en la última de su etapa norteamericana junto al "artRAVE: The ARTPOP Ball Tour".
Por tal presentación, Janet Smith del sitio straight.com estuvo presente en el espectáculo para elaborar su propia review. En ella destacó el setlist del espectáculo, el vestuario, la enérgica actuación de Lady Gaga, su increíble capacidad para atraer a fans de todas las edades y su sincera interacción con los Little Monsters. A continuación puedes leer el artículo traducido:
La gira "artRAVE" de Lady Gaga fue menos sobre el arte y más sobre el delirio: creo que color caramelo, un viaje alucinógeno a través del espejo.
Es dudoso ver a los pequeños monstruos adorando a su cantante favorita con luces intermitentes LED, rastas arco iris, calamares y tocados de unicornio, y plataformas estratosféricas, por no hablar de todos los looks alocados de Gaga.
Con el espectáculo iniciando con una hora de retraso, un arena llena esperó mientras animaban en vano a una gigante, pero se cerró una cortina rosa brillante, posiblemente esto puso nervioso a muchos ya que la mujer conocida como Stefani Germanotta podría haber estado enferma de nuevo. Después de posponer su show aquí el pasado mes de mayo debido a una bronquitis, necesitó un tratamiento para el mal de altura, hace un par de noches en Denver.
Pero cuando Gaga por fin llegó, entregó su esperada marca en un espectáculo descomunal, con trajes inflables-tentáculo, un gigante, una mano con garras de plata que la elevó hasta el techo, y un escenario blanco como un iglú que se parecía a Tatooine (planeta ficticio del universo de Star Wars) después de una tormenta de nieve. La cantante actuó en una pasarela neón de plexiglas, corrió hacia arriba y abajo de las escaleras y plataformas, y puso en marcha un piano que se levantó en el centro del estadio en medio de fragmentos de 'hielo'.
El espectáculo era muy heavy en las canciones de su nuevo y criticado álbum "ARTPOP", pero Gaga fue capaz de vestirlas con colores descaradamente chillones. El inicio con la canción 'ARTPOP' mostró a la diva elevándose desde una plataforma con alas de oro gigantes y un traje de lentejuelas con una bola azul grande y brillante que sobresalía de su pecho como un ojo que todo lo ve. 'Venus' contó con su pequeño ejército de bailarines con tocados -como si hubieran sido hechos por Dr. Seuss, flores exóticas que brotan alrededor de ellos y Gaga haciendo movimientos con una peluca rubia, tanga de flores con incrustaciones y un sujetador con almejas y diamantes de imitación.
Sería difícil llamar el espectáculo conceptual, narrativo, temático o compararlo con la forma en que el "Monster Ball" fue. En su lugar, imágenes y sensaciones psicodélicas al azar vinieron a ti cuando estrellas, corazones y símbolos de dólares intermitentemente volaban desde cañones de confeti alrededor del estadio.
Los pequeños grandes éxitos que ha hecho en su camino se destacaron en el espectáculo. Ella estalló el bullicio al cantar un popurrí compuesto por 'Poker Face' y 'Telephone'. La noche llegó a su cima con 'Bad Romance', una explosión de bailarines con plástico neón para "protegerse de la lluvia", con Gaga en rastas y enaguas de Harajuku. Hubiera sido un final más apropiado que el poco desilusionante 'Gypsy', última canción de setlist.
Pero lo que sigue asombrando es que Gaga es capaz, en medio de todo este estilo -y plástico-, de encontrar momentos de verdadera sustancia. Pasado al punto en la mitad del show, se sentó al piano, sola, para entonar una abrasadora y angelical interpretación del himno gay 'Born This Way', así como su sincera y depresiva canción 'DOPE'. Si, esta chica puede cantar y tocar un teclado. En varios otros puntos, con orgullo se puso las prendas de vestir y las máscaras embellecidas a mano que fueron arrojadas a ella por sus fans, y dio lectura a una carta por una espectadora lesbiana entre la multitud que dijo a Gaga que ella era parte integral de su vida. Ella posteriormente la invitó al backstage.
En una exploración de la audiencia hay un auténtico recurso de Gaga: te será difícil encontrar en otra artista un público más diverso, en el género, la edad y el origen étnico. En una sola fila en la arena, había un niño en edad preescolar con una madre vestida de leona, una abuela con un bastón, juguetes de niños de PVC y un grupo de estudiantes de intercambio japoneses que llevan las intermitentes orejas de conejo en forma de ala que se venden en la mesa de merchandising.
Usted puede llamar a Gaga trabajadora comercial, llamativa, sobreproducida o incluso excesiva, pero la buena Lady sabe cómo conectar con sus fans de una manera auténtica, tan difícil como podría ser llevar a alguien vestido de calamares inflables.
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