REVIEW: Crítica de The New York Times para el álbum "Joanne"


El prestigioso periódico The New York Times fue otro medio que en las últimas horas compartió su opinión del álbum "Joanne", que simultáneamente aporta a la puntuación del portal Metacritic.

A través de su review se destacó la canción 'Million Reasons' y se citaron problemas existentes en pistas como 'Perfect Illusion', 'A-Yo' y 'Joanne', dando una calificación regular al disco que -según su visión- posee una mezcla de canciones sin un concepto establecido. A continuación puedes leerla:


Durante casi una década, Lady Gaga ha estado discutiendo con asiduidad el caso de que lo externo es lo interno, que la performance es auténtica, que la extravagancia es ideología. Su carrera se ha basado en la demolición de las ideas convencionales acerca de lo que podría significar el interpretar a un personaje. Con Gaga, nunca se juega, siempre funciona y siempre es cierto.

A pesar de que ella se enfocó en los poderes de transformación del empaque, ese tipo de recalibración vendría a ser siempre muy probable. Lady Gaga siempre estuvo simplemente demasiado centrada en una cantante que es estrictamente definida por su presentación. En viejos conciertos, cuando ella se sentaba detrás de un piano, cantaba a todo pulmón canciones, su vida futura como una poeta -como un Billy Joel o incluso un Elton John- parecía casi tallada en piedra.

Eso significa que su nuevo álbum, el despojado "Joanne", no es osado o radical, es lógico, una réplica a su pasado y también al emergente pop que la rodea.

Pero mientras que "Joanne" es elemental, nada de esto está desnudo. En su lugar, se confunde, lleno de canciones que se sienten como conceptos en busca de un hogar, pequeñas piezas teatrales extruidas a partir de otras producciones imaginarias y se recogen en una bandeja miscelánea [mezcla de cosas]. Es ingenuo en su uso de las raíces de la música y el rock como significantes de algo verdadero, como si el exceso de años anteriores no fueron, de alguna manera, su propia forma de sinceridad.

Lo más frustrante, la carrera de alta intensidad hacia la baja intensidad, de una estética a otra, con letras que comienzan como un trillado y se mueven en algún lugar bastante más tenues. 'Perfect Illusion', el caótico primer sencillo, es una mezcla de gritos, su canto es grande e inconsciente de sí misma, y no del todo malo, pero el resultado suena como una demostración en la que se puede escuchar las costuras que aún no han sido arregladas. 'A-Yo', con sus cuernos exuberantes, palmas y guitarras, suena como una parodia de Britney Spears o una canción extraída de uno de los musicales en vivo que han sido tirados a la basura por la cadena de televisión que sacó a Glee.

Las letras que Lady Gaga podría haber entregado con astucia -como 'Sinner's Prayer' o la marcha política de 'Come To Mama'- se siente desagradablemente dogmática aquí.

Incluso las mejores partes de "Joanne" -y para todos los defectos de este álbum, que cuenta con varios momentos fuertes- no cuenta una historia coherente. Lady Gaga es, ahora como siempre, una excelente cantante. A menudo, en este disco, canta con un duro y brusco vibrato, desde los códigos de gravedad a distancia, pero se siente más como un simulacro que sentir una cosa real.

Incluso si eso es útil, se siente mal aplicado en un álbum que pretende la transparencia, desde una artista para quien la idea de la actuación nunca está lejos. 'Joanne', la canción que da nombre al álbum, cuenta lo que se presenta como el último canto presentado -escucha cómo se aplanan los sonidos de las vocales, como una especie de gesto de accesibilidad- pero es demasiado inestable para recargarse.

Lady Gaga ha llegado sin adornos antes, en el último par de años se ha convertido en algo así como un modo por defecto: su colaboración con Tony Bennett en el álbum "Cheek To Cheek", que ganó el Grammy al 'Mejor Álbum Pop Vocal Tradicional' el año pasado, o su tributo a 'The Sound of Music' en los Oscars el mismo año. Estas actuaciones fueron ostentosas de una manera diferente: maquillaje sencillo, pero sin embargo es maquillaje.

Estos movimientos, y "Joanne", también, sirven como una corrección excesiva a la excentricidad estridente de "ARTPOP", su último disco, que no fue un éxito. Excepto la excentricidad llamativa es una de las zonas de confort de Lady Gaga, y la falta de éxito de ese álbum tuvo más que ver con poner demasiado énfasis en los aspectos no musicales del personaje de Gaga que su falta de fluidez con la música.

Así, en "Joanne", que va en una expedición de pesca en busca de inspiración. Sin discos pop en los últimos tiempos ha ofrecido una amplia gama de colaboraciones que quitan esos colaboradores de sus encantos particulares. Mark Ronson aparece a lo largo de este álbum, como compositor y productor, pero hay muy poco de su depresión fiable. 'Dancin' In Circles', una colaboración en la composición con Beck, suena como un demo de No Doubt. Josh Homme de Queens of the Stone Age toca la guitarra en un puñado de canciones, pero ninguno con algo cercano a su ferocidad habitual. El dúo con Florence Welch, 'Hey Girl', suena como Motown, pero el canto de la señora Welch no es tan descarado como normalmente es (aunque fácilmente supera al de Lady Gaga).

La única invitada que se mantiene a sí misma es la compositora Hillary Lindsey, una de las escritoras de Nashville más eficaces de la década del 2000, y una maestra de la balada extragrande. En 'Million Reasons' ("Lord show me the way/to cut through all this worn out leather". [Señor, muéstrame el camino/Para atravesar toda esta desgastada piel].), ella ata a Gaga a algo así como una balada country, pero no puede mantenerla allí por mucho tiempo.

Incluso cuando Lady Gaga estaba en su cima del pop, ella no estaba en su centro, ella era una persona ajena a su música pop por la fuerza de voluntad y el choque de glamour. Como resultado, su música puede parecer como un viejo recuerdo, no uno reciente. Y el pop se mueve rápidamente: ten en cuenta su reciente situación con The Chainsmokers, quienes dijeron en una entrevista que no disfrutaban 'Perfect Illusion'. Ella respondió, fríamente, en Twitter, en lo que parecía un llamado de atención de una madre a un niño insolente.

Lo cual es justo: The Chainsmokers no ven la música de baile como teatro de vanguardia o de provocación sociopolítica. Lo ven como el pop en general, el cual, aunque es difuso en el retrovisor, es también parte del legado de Lady Gaga. Que sean alérgicos a 'Perfect Illusion' tiene sentido. Pero en lugar de tomar la ofensa y lanzarla en un tweet, ella debe, tal vez, hacerle un llamado.


Traducción: Lady Gaga Monster Blog
Si copias la traducción, menciona los respectivos créditos.

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