Reseña de Entertainment Weekly para "Chromatica" de Lady Gaga


"Chromatica" de Lady Gaga ofrece un escape cubierto con brillo

Del dance pop vino, y al dance pop regresará. Durante más de una docena de años a la vista del público y casi la misma cantidad de personajes, Stefani Joanne Germanotta ha modificado de forma continua y notoria la idea de lo que significa ser Lady Gaga: un retrato siempre cambiante de la artista con un vestido de carne y estrella de cine, cantante de jazz, guerrera de redes sociales y reina de la autorrealización.

Pero son las semillas del ADN musical plantadas en "The Fame" de 2008 las que dan más frutos en "Chromatica", un álbum profundamente arraigado en la euforia de la cultura de las discotecas de los años 80 y 90. Casi cada una de sus 13 pistas alcanza un tipo de exceso delirante: estruendosos éxitos dulces diseñados para recorrer los centros de placer en el cerebro hasta que se sometan, una y otra vez, a presionar el botón de reproducción.

El álbum inicia con una apertura cinematográfica; un breve interludio antes de que las luces estroboscópicas desciendan sobre el himno del país de las maravillas "Alice", el ahora omnipresente primer sencillo "Stupid Love" y su pegajoso dueto con Ariana Grande "Rain on Me". "Free Woman" se siente casi apagado en comparación, un ritmo gospel hilado desde una línea de teclado.

No todo es éxtasis directo: el estribillo recortado en "911" —"Mi mayor enemigo soy yo"— está inspirado en Daft Punk con alusiones más oscuras a medicamentos antipsicóticos; "Fun Tonight" hace alusión a un amante que disfruta demasiado ser el centro de atención, tal vez más que el amor mismo.

Debido a que es Lady Gaga, también hay (¿por qué no?) una mitología incorporada: "Chromatica" no solo como un álbum sino como su propio planeta; una roca espacial rosa brillante poblada por "punks de la bondad", o algo así. Pero si las imágenes del álbum ofrecen una visión de un futuro utópico lejos de la Tierra y sus duras realidades actuales, el sonido en sí —construido por una cabalgata de creadores de éxitos y famosos suecos que incluye a Max Martin, Axwell y BloodPop— se siente deliberadamente retro. (Aunque la percepción descansa, por supuesto, casi por completo en el oído del espectador; sus oyentes más jóvenes pueden encontrar sintetizadores trepadores y un llamado a la pista de baile completamente nuevo).

Los raros momentos en que las cosas se vuelven legítimamente raras pueden ser realmente las más gratificantes: los gritos de "Sour Candy"; un dueto bilingüe palpitante con las estrellas del K-pop BLACKPINK; y "Sine From Above", que encuentra a Sir Elton John trayendo un estremecedor momento con baterías y bajos.

Líricamente, las cosas tienden a permanecer en carriles familiares —alegría, autoestima, amor que corta como un cuchillo pero también se levanta como miles palomas— y a veces se somete a pura tontería. "Babylon" quiere "festejar como si fuera B.C. [Antes de Cristo] / Con un bonito estilo del siglo XVI", lo que suena como la pesadilla de un profesor de historia; Por otra parte, esta es la misma Lady que se preocupa por anotar una reflexión intersticial: "Cuando era más joven, en algún momento nací", antes de comenzar a hablar filosóficamente sobre el coeficiente intelectual, la inteligencia emocional y las realidades alternativas. Son simplemente cosas de Gaga; puedes tomarlas o dejarlas.

No es difícil imaginar cómo "Chromatica" podría haber aterrizado en un mundo anterior a la cuarentena, como se pretendía: un verano vertiginoso lleno de fiestas y clases de spinning, carrozas del orgullo y caravanas. El hecho de que llegue en un momento que solo se puede compartir virtualmente es indudablemente extraño tanto para su creadora como para los fanáticos que esperaron su lanzamiento retrasado desde abril haciendo la cuenta regresiva con relojes tan finamente calibrados como las escalas de Richter. Pero como se supone que es la mejor música pop, el álbum trasciende eso también: una promesa audaz y espumosa de escapar de lo triste, lo malo y lo ordinario, entregada a 120 beats por minuto.

  Calificación en Metacritic

Escrita por Leah Greenblatt para Entertainment Weekly.
Traducción por Lady Gaga Monster Blog.

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