Lady Gaga enfrenta a su ex-asistente Jennifer O'Neill

Desde el año 2011, Lady Gaga tuvo que enfrentarse al juicio iniciado por su ex asistente, Jennifer O'Neill, quien asegura haber sido su "esclava". 

En su demanda, relató que la obligaba a realizar tareas como alcanzarle una toalla cada vez que se bañaba, ser el recordatorio humano de sus actividades en la agenda y estar a disposición de ella todo el día. También atenderla en estadios, jets privados, suites, yates, barcos y autobuses de turismo.

Debido a esto, hasta el día de hoy O'Neill exige el pago de 380 mil dólares, equivalente a 7.168 horas extras en 13 meses de trabajo. Pero en aquel entonces no demandó enteramente a Lady Gaga, sino a 'Mermaid Touring Company', la compañia encargada de hacer sus conciertos.

En una grabación exclusiva, a la que recientemente solo ha tenido acceso el periódico The New York Post se puede apreciar el momento en que la propia Lady Gaga responde furiosamente a su antigua colaboradora y la acusa de ser una maldita rata:

"Jennifer es una maldita rata encubierta que me está demandando por un dinero que no se merece. Se cree la estúpida reina del universo y se presenta como si hubiera sido mi esclava. Mira, yo en mi trabajo soy la reina del universo todos los días, pero nunca la he esclavizado. Ella sabía que el trabajo sería exigente y que las horas extra no se pagaban aparte. Esas fueron las condiciones de la primera gira, que aceptó sin rechistar, ¿por qué iba a ser diferente la segunda vez? Todo esto es una mierd* que se ha inventado".

Las fuertes declaraciones aún no terminan, ya que Mother Monster arremetió contra O'Neill asegurando que la demanda está injustificada y que además de hacer su trabajo, disfrutó de una gran cantidad de lujos gracias a ella y a su fama:

"Lo peor de todo es que me quiere llevar a los tribunales después de dormir en sábanas de algodón egipcio todas las noches en hoteles de cinco estrellas, de viajar en aviones privados, de comer caviar y salir de fiesta con Terry Richardson. Ha hecho un uso indebido de mi propia ropa y ha utilizado sin mi permiso las tarjetas de descuento de YSL (Yves Saint Laurent)".

Para su defensa, Lady Gaga aseguró que el dinero que recibía era el que merecía y las obligaciones que debía concretar eran demasiado simples, asegurando que nunca la trató como una exclava:

"Yo soy consciente de como un horario de 8 horas es duro y extenso. Pero no sé porque Jennifer se queja, sólo quería que me ayudara con cosas simples. Yo jamás la puse a armar el escenario, a cargar barras de metal pesadas o a peinarme, vestirme o maquillarme. Yo sí trabajo duro, hago seis shows en una semana, trabajo las 24 horas del día prácticamente. No estoy junto a Steve con una taza de té caliente esperando a que se enfríe. Eso no lo hago. No es que la gente que trabaja no se merezca su salario por hora, pero sólo estoy señalando que me merezco todo lo que he trabajado. Merezco cada dólar que he hecho. Y ella se merece cada dólar de sus 75.000 dólares que acordamos. Pero ella no se merece ni un centavo más".

Su largo testimonio también deja en claro que la demandante nunca realizó sus tareas con perfección y aclaró que su falta de profesionalidad le causó muchos enojos:

"Ahora que lo sé, le daré todo el dinero extra necesario a mis empleados, siempre y cuando se lo merezcan por haber trabajado duro, cosa que Jennifer no hacía. De verdad, lo que más me fastidia de todo esto es que ni siquiera se preocupaba de que mis maletas estuvieran en la habitación a tiempo. Era algo muy estresante para mí y una falta de profesionalidad muy grande. Había veces en las que yo misma tenía que llevar el equipaje de un lado a otro. Como si no tuviera mejor cosa que hacer durante la gira que encargarme de esa mierd*", añadió.

Lady Gaga expresó que cuando trabajaron juntas nunca la vio como una fiel amiga y eso era lo que a la mujer en cuestión no le agradaba, asegurando que este es la causa principal por la que O'Neill inició la demanda.

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